¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti mi Dios?
No tenemos a nadie más, solo tenemos a nuestro Dios que nos ampara y nos fortalece en los tiempos de dificultad, y en todo tiempo.
¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
Salmos 73:25
Tenemos un Dios grande y poderoso que no duerme, ni se cansa, siempre nos espera, aún cuando estamos caminando en caminos de perdición.
¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
Salmos 73:25
Saber que tenemos un Dios en los cielos que siempre está a favor nuestro, y no desear nada fuera de Él, este debe ser nuestro estilo de vida.
Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
Salmos 73:26
Debemos estar convencidos de quien es Dios en nuestras vidas, de su poder, de su amor y de bondad, porque sólo así podemos descansar en su presencia y disfrutar de esa Paz que solo Él nos da.
En ese nivel de convicción de Dios, nuestra vida sería diferente, sería más estable, llena Paz, de amor y felicidad, porque confiar en Dios te da seguridad, y cuando tenemos seguridad, tenemos estabilidad y Paz.
Por eso independientemente de lo que nos esté pasando, debemos estar convencidos de que tenemos un Dios, y no sólo eso, también debemos amar su presencia y aborrecer todo lo que a Él no le agrada.
Este debe de ser nuestro estilo de vida, entender que tenemos un Dios poderoso, y no querer nada que esté fuera de Él.
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